miércoles, 3 de noviembre de 2010
Dos mujeres frente a EE UU
Las esposas de dos presos cubanos encarcelados en el país norteamericano por espionaje denuncian en el Parlamento vasco la situación de sus maridos
-INÉS P. CHÁVARRI - El Pais Bilbao -
La primera vez que Ivette González vio a su padre con relativa consciencia tenía 13 meses. La niña miró a su madre y acertó a exclamar "guau, guau", explica su progenitora, Olga Salanueva. El cabeza de familia, René González, llevaba en prisión desde que su hija tenía cuatro meses y sólo le dejaron ver a la pequeña esposado a una silla y rodeado de agentes del FBI. González, arrestado en 1998 en Miami, es uno de los miembros del grupo Los 5, otros tantos ciudadanos cubanos encarcelados en Estados Unidos, acusados de espionaje y conspiración para asesinar.
Los encarcelados forman parte del grupo de los Cinco, detenido en 1998
Salanueva y Adriana Pérez, mujer de Gerardo Hernández, otro de los integrantes del grupo, llevan desde entonces denunciando la situación de sus maridos porque, aseguran, nunca se ha probado ninguno de los delitos de los que se les acusaba. Las dos mujeres expusieron ayer en la Comisión de Derechos del Parlamento vasco el caso y ofrecieron a última hora de la tarde una conferencia en Bilbao.
"La última vez que vi a mi marido fue el 16 de agosto de 2000", recuerda con voz templada Salanueva. La fiscalía intentó que su marido declarase como testigo a cambio de que ella y sus dos hijas pudiesen quedarse en Estados Unidos. González no aceptó y su familia fue deportada a Cuba. Desde entonces, el contacto ha sido intermitente, a través de cartas o de llamadas.
Estados Unidos siempre ha defendido que Los 5 espiaron agencias oficiales del país y se infiltraron en el Comando Sur del Ejército, mientras que Cuba ha asegurado que sólo se adentraron en los grupos anticastristas de Florida para prevenir ataques terroristas.
Salanueva no sólo tiene fuerzas para defender la causa de su marido, también tiene palabras para las injusticias cometidas contra las familias de los otros presos (Ramón Labañino, Antonio Guerrero y Fernando González), e incluso para la de su compañera de viaje. "Más cruel es el caso de Gerardo. Adriana no lo ha podido ver desde antes del arresto. Son una pareja que no ha podido tener hijos".
La desazón no parece hacer mella en estas mujeres coraje. A Salanueva sólo le quedan tres años para reencontrarse con su marido, condenado a 15. Por el contrario, Pérez, como explica ella misma, "tendría que vivir tres vidas" para poder ver a su marido abandonando el penal. Hernández, condenado a dos cadenas perpetuas más 15 años, es el miembro de Los 5 con mayor pena. El tribunal de Miami que los juzgó le condenó también por participar en el derribo de dos avionetas de Hermanos al Rescate, una asociación anticastrista, en 1996.
Tampoco, por lo que cuentan sus mujeres, el desasosiego ha prendido en los presos cubanos. "René igual que sus compañeros está encarcelado junto a gente que ha cometido asesinatos, violaciones o han traficado con drogas. Aun así son muy respetados", asegura Salanueva que añade que sus maridos han ayudado a otros presos hispanoamericanos con el inglés. "Se han ganado el respeto y son conscientes de que no deberían estar en la cárcel", sentencia.
Igual de confiada se muestra Pérez en la inocencia de su esposo, que asegura se enteró ayer hace un año de la muerte de su madre por una llamada de teléfono. "Todo prisionero independientemente de lo que fue acusado, si es culpable o no, tiene que respetársele sus derechos. No estoy diciendo que se hagan leyes extraordinarias para ellos, si no que Estados Unidos respete sus propios reglamentos carcelarios", exigen las dos esposas que parece que casi se conformarían con poder visitar con normalidad a sus maridos.
Se agotó todas las vías judiciales para reabrir la causa. Sólo les queda la presión de los familiares que desde 1998 han recorrido prácticamente todo Hispanoamérica, y gran parte de Europa y África exponiendo la situación de los Cinco. El pasado mes de septiembre recibieron un gran empujón mediático cuando un grupo de actores estadounidenses (Sean Penn, Susan Sarandon, Martin Sheen...) pidieron a Barack Obama la liberación de los presos.
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