Se multiplican en Washington los llamados a un cambio de política hacia la isla
Un influyente senador republicano reconoce que el bloqueo a Cuba ha sido "un fracaso"
David Brooks
La Jornada
Uno de los senadores republicanos de mayor influencia en asuntos exteriores se sumó hoy a un creciente coro de líderes republicanos y demócratas, altos oficiales militares, asociaciones empresariales, centros de análisis y hasta un creciente sector dentro de Miami, que califican de fracaso la política estadunidense hacia Cuba y proponen un giro en la relación bilateral ante esta coyuntura de transiciones políticas en Washington y La Habana.
Con la elección de Barack Obama y su intención declarada de modificar algunas de las medidas contra Cuba, todo esto alimenta la expectativa de que Estados Unidos está al borde de cambiar su política hacia Cuba, y tal vez de una manera sin precedente en 50 años.
Algunos creen que podría ser el principio del fin del embargo –instrumento central del arsenal estadunidense contra Cuba desde hace medio siglo–, otros estiman que podría acabar con sólo aflojar algunas de las medidas de esa política de asfixia, y también hay quienes alertan que podría ser otro intento de una política que busca el mismo objetivo de cambio de régimen, pero disfrazado de una mayor apertura y adornada con palabras como democracia y derechos humanos.
Hoy el senador Richard Lugar, republicano de mayor rango en el Comité de Relaciones Exteriores y considerado un estadista en política exterior, hizo circular un informe entre sus colegas que decía que “después de 47 años… el embargo unilateral sobre Cuba ha fracasado en lograr su propósito declarado de ‘llevar la democracia al pueblo cubano’...”.
Lugar escribe en la carta a sus colegas que acompaña el informe que el debate sobre la política hacia Cuba tiene implicaciones en las relaciones interamericanas y hasta globales de Estados Unidos, y subraya: a pesar de la incertidumbre sobre el futuro político de Cuba en el mediano plazo, está claro que los cambios recientes de liderazgo han creado una oportunidad para que Estados Unidos reevalué una relación compleja marcada por malentendidos, sospechas y hostilidad abierta.
Ampliar comercio y cooperación
En el informe preparado por los asesores de Lugar se propone considerar no sólo anular las prohibiciones a viajes y remesas, sino también la exploración de ampliar el comercio, la cooperación antinarcóticos y los intercambios entre ambos países y el desarrollo de la relación a través de diplomacia bilateral y multilateral a través de una secuencia de pasos. El informe está disponible en http://lugar.senate.gov/sfrc/pdf/Cuba.pdf
Es la primera vez que Lugar se involucra de manera tan directa en el debate sobre la política hacia Cuba y eso en sí es significativo, afirman analistas. Daniel Erikson, experto en la relación bilateral de Diálogo Interamericano comentó a La Jornada que ello ayudará a darle forma al debate sobre un cambio, y demuestra que existe un creciente consenso bipartidista (contra) el embargo.
En tanto, hace un par de semanas se presentó un proyecto de ley bipartidista en el Congreso para permitir la libertad de viajes sin restricciones de Estados Unidos a Cuba, impulsado por el congresista federal demócrata William Delahunt junto con media docena de colegas de ambos partidos.
Aunque este tipo de intentos de modificar las restricciones ha fallado en el pasado, algunos, como Erikson, consideran que tiene mayores posibilidades por el simple hecho de que en esta ocasión no enfrenta el veto automático de la Casa Blanca de George W. Bush, y a la vez se ha ampliado la mayoría demócrata en el Congreso.
Los llamados por un cambio en la relación con Cuba se han multiplicado en diversas esquinas de la cúpula política, intelectual y económica del país, expresados en declaraciones e informes con conclusiones generales similares a las de Lugar de especialistas en los centros de investigación sobre política exterior más prestigiosos como el Brookings Institution y el Council on Foreign Relations y Diálogo Interamericano, entre otros.
Figuras como el coronel Lawrence Wilkerson, ahora del New America Foundation, pero antes mano derecha del general Colin Powell, recomiendan que se requiere de una nueva política hacia la isla, lo cual también es requisito para un cambio positivo en las relaciones de Washington con el hemisferio. Para el resto del mundo, nuestra política fracasada, obsoleta de 50 años hacia Cuba, va en contra de todo lo que Obama presentó en su campaña... todo el mundo cree que nuestra política está equivocada. Y el mundo tiene razón, concluyó Wilkerson en un artículo el mes pasado publicado por la cadena McLatchy Newspapers.
Hace unos días, el coronel Glenn Crowther, profesor e investigador del Instituto de Estudios Estratégicos del Colegio del Ejército de Estados Unidos, escribió en un artículo: Es hora de darle su beso de despedida al embargo, mientras mantenemos una posición sin ceder de que la democracia es la única forma de gobierno aceptable en el Hemisferio Occidental. El coronel Crowther afirma que el embargo es un fracaso y que Cuba no representa ninguna amenaza para Estados Unidos.
Varios expertos coinciden que en gran medida esta coyuntura es la más prometedora para lograrlo en décadas. Señalan entre otras cosas que el sector más anticastrista y conservador cubanoestadunidense ya no es el único interlocutor político de esa comunidad, que la elección de Obama no dependió del apoyo de ese sector en Florida y por lo tanto no les debe –como tantos de sus antecesores– ningún favor político, que una amplia gama de políticos de ambos partidos, empresarios, académicos, diplomáticos y asociaciones de todo tipo favorece un cambio profundo en la relación bilateral por medio del diálogo, y que hay una transición política dentro de Cuba.
Durante su campaña, Obama dijo tener la intención de suspender las estrictas limitaciones a viajes y envío de remesas por cubanoestadunidenses. Sin embargo, también afirmó que tenía la intención de mantener el embargo. Su ahora secretaria de Estado Hillary Clinton reiteró estos puntos en su comparecencia ante el Congreso para ser ratificada en enero, y dijo que Obama cree que los cubanoestadunidenses son los mejores embajadores de la democracia, la libertad y una economía de libre mercado.
Obama ha dicho que está dispuesto a establecer pláticas con el gobierno de Raúl Castro, pero ha dejado en la ambigüedad lo que se requiere para ello, y cunde la especulación sobre cuáles son las señales que Washington desea enviar o cuáles espera desde La Habana.
Algunos expertos consideran que aunque la crisis económica y otras emergencias obviamente han sido el centro de atención para este joven gobierno, y que aún no hay nombramientos a puestos claves encargados de política hacia América Latina, que Obama podría anunciar la suspensión de las restricciones sobre viajes de familiares y envío de remesas antes de celebrarse la Cumbre de las Américas programada para abril.
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