sábado, 27 de marzo de 2010

Google censura a intelectual cubano e inhabilita su blog

El escritor y ensayista cubano Enrique Ubieta, quien mantenía el blog La Isla desconocida en el repositorio gratuito de blogs Blogger, fue víctima de la censura cuando los administradores del portal propiedad de Google inhabilitaron el acceso a la bitácora y bloquearon la cuenta en GMAIL a su nombre.
Ubieta, quien ha venido denunciando la brutal campaña contra Cuba desatada en las últimas semanas sobre supuestas violaciones de los derechos humanos en la Isla, había publicado unas horas antes el artículo “Demonizar a Cuba”, impecable argumentación de los trasfondos políticos que sostienen la nueva arremetida mediática.
A continuación, reproducimos el mensaje que ha enviado Enrique Ubieta a través del correo electrónico, donde anuncia que pedirá explicación a los administradores de Blogger.com por este hecho que viola flagrantemente el derecho a la libertad de expresión de los cubanos en Internet:

" Amigos: Hoy a las seis de la tarde entré a la portada de mi blog, y me entretuve -mediante otras ventanas de Internet Explorer- revisando algunos blogs de temas afines al mío. Salí de mi casa, y cerré mi blog (apagué la computadora) a las siete, sin añadir nada nuevo.
De regreso, a las nueve y media de la noche, quise revisar mi correo gmail y no pude acceder. Cada vez que marcaba mi nombre y contraseña aparecía un aviso diciéndome: “cuenta temporalmente inhabilitada”. No le di importancia al asunto, porque pensé que era un problema de la máquina o de la conección, que en Cuba es lenta.
Pero al intentar abrir el blog mi sorpresa fue grande pues encontré un nuevo aviso de Blogger: “El blog se ha eliminado. Lo sentimos, el blog la-isla-desconocida.blogspot.com se ha eliminado. Esta dirección no está disponible para blogs nuevos”.
Le escribí a Blogger pidiendo información y di como referencia otro correo personal de yahoo, pues el que tenía de gmail -base del blog-, había sido inhabilitado como ya expliqué. No he recibido respuesta.
Si fuese un insólito acto de censura -las próximas horas aclararán este punto-, no creo que se deba a algún post en específico. Sería una evidencia de que la guerra de “ideas” en Internet no busca la victoria de las ideas. Pero no quiero admitir aún esa posibilidad.
Espero la explicación de Blogger y la posibilidad de que pueda repararse el daño. Los mantendré informado. "
- Enrique Ubieta Gómez

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Demonizar a Cuba

Enrique Ubieta Gómez -Rebelión
El principal obstáculo que encuentra el imperialismo para derrotar a la Revolución cubana no es militar, ni económico; es moral. De alguna “inexplicable” manera Cuba conserva el prestigio internacional y el consenso interno, pese al desgaste de medio siglo bajo los efectos de un implacable bloqueo y de una sostenida campaña mediática en su contra, pese al derrumbe –veinte años atrás--, y al descrédito, de un “campo socialista” del que hoy se enumeran las manchas y se ignora la luz. Los ideólogos de la derecha saben que ese prestigio moral invalidaría cualquier victoria militar o económica sobre la Isla: en política la única victoria posible es cultural. Lo demás puede llamarse ocupación, asfixia, imposición; y todas son variantes que posponen la victoria del supuesto derrotado. Por eso se han lanzado a fondo, sin medias tintas, en una guerra cultural que lo involucra todo. Una guerra, por supuesto, que no busca ni pide verdades o principios: una guerra para revertir convicciones y sentimientos, que se apoya en la fuerza de los medios de comunicación. ¿O acaso la demonización de la cultura árabe –pueblo que fatalmente habita sobre grandes reservas de petróleo--, no antecede y acompaña a la guerra de exterminio que sufren sus estados “desobedientes”? Lanzarse a fondo significa que esos ideólogos deben repetir sin sonrojos, sin bajar la mirada, que el Che Guevara, el Guerrillero Heroico, fue un asesino; que Batista, el asesino, fue en realidad un buen gobernante; que Cuba, la nación que más vidas ha salvado en el mundo –incluyendo la de sus enemigos--, disfruta de la muerte.
El gobierno de Obama es un excelente portaaviones para bombarderos ideológicos: un rostro negro, un perfil intelectual, una sonrisa seductora. Un enorme y moderno buque que asume poses de crucero, que finge no atacar: para eso están sus aviones, y los pilotos díscolos que a veces despegan de noche, mientras el capitán duerme. Lo cierto es que la ola de irrespetos colectivos que Obama encontró en su traspatio latinoamericano tras la toma de posesión era tan colosal, que la guerra no podía de ningún modo resolverse únicamente por la fuerza. No digo sin la fuerza, digo que no solo por la fuerza. Era imprescindible un golpe de estado aleccionador --y para ello estaba el eslabón más débil, Honduras--, pero un golpe que se acompañase de excusas leguleyas, de trámites burocráticos, de condenas públicas y de privados apretones de mano. Un nuevo concepto para legitimar culturalmente ciertos golpes de estado: en lo adelante la democracia dejará de serlo, si la mayoría del pueblo expresa electoralmente su inconformidad con una legislación que garantiza los intereses imperialistas. Y será legítimo el uso de la fuerza, la de los militares claro, no la del pueblo. A nadie parecen importarle los líderes sindicales que el gobierno de facto –el que dio el golpe y el que acaba de auto elegirse en estado de sitio--, asesina todos los días. Pero los objetivos más importantes de la guerra cultural son dos: Cuba y Venezuela.
Fue quizás en Trinidad y Tobago donde Obama comprendió que el prestigio de Cuba era inmenso. Al término de aquella Cumbre en la que estrenaba su sonrisa, habló de la “utilización” del internacionalismo médico de la Revolución cubana con supuestos fines propagandísticos. Sé que ese prestigio es algo que atormenta a los ideólogos de la derecha, que sueñan con hacer desertar a todos los médicos cubanos. El País, órgano de la trasnacional PRISA en España, califica a la izquierda que apoya a Cuba de estalinista y de “nostálgica”. Nuestros pequeños ideólogos de Miami, México o Barcelona, tratan de dilucidar, con ínfulas academicistas, las razones de esa simpatía internacional y organizan cartas de condena que llevan de puerta en puerta. Usan todas las armas para disuadir a los solidarios; también el chantaje político, y si es preciso el fusilamiento mediático. La guerra es a muerte. Los diplomáticos de Estados Unidos y de algunos países europeos servidores de su política ya no se esconden en Cuba, caminan sin pudor junto a los disidentes que construyen y pagan. Usurpan los símbolos de la Revolución, de la izquierda y los rellenan de contenido contrarrevolucionario: plagian a las Madres de Mayo –a las que siempre despreciaron y combatieron--, para construir a las Damas de Blanco. Son ingredientes para un buen cóctel: mujeres dolientes y mujeres acompañantes, ropa blanca (además de símbolo de paz, en Cuba ese color adquiere otros significados religiosos, para nada católicos), gladiolos, y no obstante, misas católicas. Lo que importa es el encuadre de la cámara. Ponga usted el dibujo, que yo pongo la guerra, decía Hearst en 1898; construya el set y filme la escena –si usted prefiere, twitéela--, que yo escribo el guión, dicen ahora.
Demonizar a Cuba. Hacer que los niños de las escuelas españolas sientan lástima de los niños cubanos, escolarizados, saludables, como pocos en América Latina. Que los ciudadanos honestos que apenas tienen tiempo para sobrevivir en medio de una crisis económica que amenaza su tranquilidad primer-mundista, se compadezcan de los cubanos, más pobres, es cierto, y sin embargo más protegidos, y pese a todo, más libres como seres humanos. Que miren a Cuba y se desentiendan de lo que ocurre en Iraq, o en Palestina, o en América Latina. O en España. Convertir al ALBA –ese maravilloso sistema de solidaridad entre pueblos--, en un emporio de oscuros intereses ideológicos. Lo difícil, sin embargo, es que una operación cultural de carácter mediático pueda saltarse o revertir la vivencia de cientos de miles de latinoamericanos, de africanos, de asiáticos, de norteamericanos y de europeos, que han recibido la solidaridad cubana y venezolana. Lo difícil, es ocultar el sol con un dedo, aún cuando ese dedo lleve el anillo imperial.
blog del autor: www.la-isla-desconocida.blogspot.com, CENSURADO !--------------------
Diaboliser Cuba par Enrique Ubieta Gómez

Rebelión traduit pour changement de société par danielle Bleitrach
Le principal obstacle que rencontre l’impérialisme pour en finir avec la Révolution cubaine n’est ni militaire, ni économique: il est moral. D’une manière « inexplicable » Cuba conserve son prestige international et son consensus interne, malgré les dégâts d’un demi-siècle sous les effets d’un implacable blocus et d’une intense campagne médiatique contre elle, malgré la déroute – vingt ans après- et le discrédit d’un « camp socialiste » dont aujourd’hui on énumère les ombres et on ignore les lumières.
Les idéologues de droite savent que ce prestige moral invalide une quelconque victoire militaire ou économique sur l’île: en politique l’unique victoire possible est culturelle. Les autres on peut les appeler une occupation, une asphyxie,une imposition; et toutes sont des variantes de la victoire repoussant une supposée défaite. C’est pour cela qu’ils se sont lancés à fond, sans demi- teintes, dans une guerre culturelle tout azimuth. Une guerre, naturellement, qui ne cherche pas l’établissement de vérités ou les principes : une guerre pour retourner les convictions et les sentiments en s’appuyant sur la puissance des médias. Ou peut-être la demonisatión de la culture arabe – de peuples qui vivent fatalement sur de grandes réserves de pétrole-, ne précède-t-il pas et n’accompagne-t-il pas la guerre d’ extermination que ses états « désobéissants » subissent ? Se lancer à fond signifie que ces idéologues doivent affirmer sans honte, sans baisser les yeux, que le Che Guevara, le guerillero Héroïque, a été un assassin; que Batista, l’assassin, a été en réalité un bon gouvernant; que Cuba, la nation qui a sauvé plus de vies dans le monde – Y compris celle de ses ennemis-, éprouve un vif plaisir devant la mort.
Le gouvernement de Obama est un excellent porte avion pour bombardiers idéologiques : un visage noir, un profil intellectuel, un sourire séduisant. Un énorme bateau moderne qui assume les poses du porte-croix, qui feint de ne pas attaquer : pour cela il y a ses avions , et les pilotes indociles qui décollent parfois de nuit, pendant que le capitaine dort. Ce qui est sûr c’est que la vague d’irrespects collectifs qu’Obama a trouvés dans son arrière-cour latino-américain après son intronisation était si colossale, que la guerre ne pouvait pas être plus gagnée uniquement par la force. Je ne dis pas sans la force, je dis pas seulement par la force. Un coup d’État instructif était indispensable – et le plus faible mailloon de la chaîne était pour cela, le Honduras-, mais un coup que l’on accompagnait des excuses legules, de formalités bureaucratiques, de condamnations publiques et en privé des serrements vigoureux de main. Un nouveau concept pour légitimer certains coups d’État culturellement : comme avant la démocratie cessera d’être, si la majorité du peuple exprime electoralmente sa non-conformité avec une législation qui garantit les intérêts impérialistes. Et il sera légitime d’user de la force, celle des militaire, c’est clair, pas celle du peuple. Importe peu à quiconque les leaders syndicaux que le gouvernement de fait – celui qui a fait le coup d’Etat et qui s’est autoproclamé en Etat de fait-, assassinés tous les jours. Mais il y a les deux buts les plus importants de la guerre culturelle : Cuba et le Venezuela.
C’était peut-être Trinité-et-Tobago où Obama a compris que le prestige de Cuba était immense. À la fin de ce Sommet doù il a étrenné son sourire, il a parlé de l’ « utilisation » de l’internationalisme médical de la Révolution cubaine aux fins supposées de propagande. Je sais que ce prestige est quelque chose qui tourmente les idéologues de la droite qui rêvent de faire déserter tous les médecins cubains. EL PAÏS, un organe de la PRISA transnationale en Espagne, qualifie à la gauche qui appuie Cuba de stalinienne et de « nostalgique ». Nos petits idéologues de Miami, du Mexique ou de Barcelone, essayent d’élucider, avec des vanités academiques, les raisons de cette sympathie internationale et organisent les lettres de la condamnation qu’ils portent de porte en porte. Ils usent de toutes les armes pour dissuader les solidarités; comme le chantage politique, et l’exécution est précise mediátiquement. La guerre est une mise à mort. Les diplomates des États-Unis et de quelques pays européens les serviteurs de sa politique déjà ne se cachent pas à Cuba, ils avancent sans pudeur à côté des dissidents qu’ils forment et paient. Ils usurpent les symboles de la Révolution, de gauche et ils les emplissent d’un contenu contre-révolutionnaire : ils plagient les Mères de Mai – celles qu’ils ont toujours méprisées et ont combattu-, pour inventer les Dames en blanc. Ce sont des ingrédients pour un bon cocktail : des femmes douloureuses et des femmes accompagnatrices, les vêtements blancs (de surcroît un symbole de paix, en Cuba cette couleur a d’autres significations religieuse, en rien celle des catholiques), des glaïeuls, et cependant, des messes catholiques. Ce qui importe c’est le cadrage de la camera. Vous mettez le dessin animé, je mets la guerre, disait Hearst en 1898; construisez le décor et filmez la scène – si vous préférez, twitéela-, que j’écrive le scénario, disent-ils maintenant.
Diaboliser Cuba, Faire que les enfants des écoles espagnoles vont avoir pitié des enfants cubains, scolarisés, soignés, comme peu en Amérique latine. Que les citadins honnêtes qui ont à peine le temps de survivre au milieu d’une crise économique qui menace leur tranquillité d’habitant du premier monde, compatissent face aux Cubains, plus de pauvres, c’est sûr, et cependant plus protégé, et malgré tout, plus libre comme êtres humains. Qu’ils regardent Cuba et qu’ils se désintéressent de ce qui arrive en Iraq, ou en Palestine, ou en Amérique latine. Ou en Espagne. Convertir l’ALBA – ce système merveilleux de solidarité entre des peuples-, en un grand centre commercial d’intérêts obscurs idéologiques. Pourtant, la difficulté réside dans le fait qu’une opération culturelle de caractère médiatique peut faire abstraction ou retourner l’expérience de centaines de milliers de Latino-américains, d’africains, des asiates, de Nord-Américains et des Européens, qui ont reçu la solidarité cubaine et vénézuélienne. Il est difficile de cacher le soleil avec un doigt, même si ce doigt porte l’anneau impérial.
blog del autor: www.la-isla-desconocida.blogspot.com, CENSURé !----------------------------------------

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