Publicado el 27 Mayo 2010, Ricardo Alarcón de Quesada
Estimados colegas y amigos:
Compañeras y compañeros:
Sean bienvenidos todas y todos. Estoy seguro que este Seminario contribuirá al empeño común de construir una América nuestra verdaderamente libre e independiente con la plena realización de los ideales de Simón Bolívar y José Martí. La Alianza Bolivariana con sus logros palpables para millones en América Latina y el Caribe está indicando el camino seguro de la unión, la independencia y la justicia social.
El Seminario contará con intervenciones especiales de varias distinguidas personalidades de nuestro Continente cuya presencia nos honra especialmente. Con ellas se garantiza un debate indispensable para precisar los desafíos que encaramos en una situación internacional particularmente compleja, con peligros y amenazas, pero en la que hay también importantes oportunidades para nuestros pueblos. Definir los riesgos y ser capaces de encararlos juntos y juntos avanzar requiere sabiduría y firmeza. A ello servirá la reflexión colectiva entre todos.
Ustedes, estimados amigos, celebran este año el Bicentenario del momento glorioso en que a lo largo del Continente se proclamó el inicio de las luchas por la independencia en casi todos los países aquí representados. Para esa fecha Haití ya se había sacudido el yugo extranjero con la primera revolución antiesclavista triunfante en la historia y enfrentaba el asedio de los mayores poderes de la Tierra. Esa desdichada y heroica tierra, nuestro más cercano vecino, sufre aún las consecuencias de su hazaña, los efectos de más de dos siglos de hostilidad, agresiones y discriminación de quienes nunca le perdonaron que se atreviera a ser la primera en iniciar la lucha y la primera y solitaria nación que abolió la servidumbre humana.
Los cubanos nos regocijamos con la fiesta americana. Pero debemos recordar otro Bicentenario. No podemos olvidar que desde la independencia de las Trece Colonias norteamericanas el nuevo estado inició su expansión territorial y quiso extenderse a Cuba y las Antillas. Lo proclamó Jefferson en 1805 y lo repitió hasta su muerte marcando una obsesión norteamericana que dura ya más de dos siglos.
La pretensión de dominar a Cuba entró en una nueva fase a partir del primero de enero de 1959 cuando la Isla alcanzó su independencia real. Desde aquel día el Imperio desató una política agresiva con tres componentes inseparables - la guerra económica, el terrorismo y la propaganda mentirosa - que ha practicado sin pausa durante más de medio siglo. Desde el amanecer del año 59 facilitaron la fuga hacia el territorio norteamericano de los asesinos y torturadores batistianos que antes de escapar se robaron la casi totalidad de las reservas financieras de la República, y desde que al Norte llegaron los organizaron y les suministraron armas y explosivos y les dieron apoyo político y propagandístico.
La campaña mediática lanzada contra Cuba recientemente y a la que se han prestado algunos políticos y parlamentarios, no muchos por cierto, es, en esencia, la continuación de un empeño al que se dedican cuantiosos recursos del presupuesto federal norteamericano. A esa campaña Estados Unidos ha destinado más fondos que los entregados a América Latina como imaginaria “ayuda al desarrollo” desde los tiempos de la llamada “Alianza para el Progreso”, un embuste que ya nadie recuerda.
Pero si de algo sirven las mentiras y calumnias contra Cuba es para poner en evidencia la baja catadura moral de quienes las promueven.
Usaron como excusa la lamentable muerte de un delincuente común que decidió llevar a cabo una huelga de hambre. Por salvarle la vida se le llevó a un hospital en el cual recibió toda la atención requerida sin cobrarle un centavo a él ni a su familia. ¿En cuántos de los países desde donde se critica a Cuba se garantiza a cualquiera la atención médica gratuita? ¿Qué otro país, además de Cuba, soporta por más de cinco décadas un inhumano bloqueo económico que incluye la prohibición de acceder a medicamentos e instrumentos hospitalarios?
Algunos políticos y periodistas han estado tan ocupados repitiendo las consignas anticubanas que no pueden ver lo que ocurre ante sus propias narices. Nunca se les oyó denunciar las muertes por hambre y enfermedades curables de muchos niños y niñas que tienen la desgracia de no haber nacido en Cuba. Todavía no han dicho una palabra de protesta cuando es el Imperio que ordena y paga el que impone el ayuno por la fuerza.
¿Dónde estaban los calumniadores de Cuba cuando las fuerzas coloniales cercaron el recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico? ¿Dijeron algo cuando les cortaron la electricidad y el agua a los jóvenes allí sitiados? ¿Protestaron cuando la policía atropelló a los familiares y a los artistas que trataban de llevarles comida y medicinas? La huelga estudiantil cumple ya más de cinco semanas y se extiende a los once recintos de la Universidad de Puerto Rico. Los que dicen defender los derechos humanos sólo cuando lo ordena el Imperio, nada hacen ante el drama de Puerto Rico, sometido aún al coloniaje en este año del Bicentenario. En nombre de la Asamblea Nacional del Poder Popular vuelvo a reclamar solidaridad con quienes libran esa hermosa batalla por la educación y la cultura.
Me veo obligado a agregar algo. Natalia Sánchez López tenía 21 años y junto a sus compañeros del recinto universitario de Mayagüez respaldaba la huelga el pasado 24 de mayo. Estaban hacinados en un local estrecho, cercados por las autoridades que les impedían recibir alimentos ni agua. Natalia se desmayó y fue llevada a un hospital en el que falleció al día siguiente. Era una muchacha alegre, feliz y defensora del medio ambiente. Ella quería vivir y hoy es una mártir puertorriqueña.
Repito su nombre: Natalia Sánchez López. Anótenlo porque de ella no hablan los tartufos tarifados de la prensa occidental ni por su muerte ha protestado el Parlamento Europeo ni ciertos colegas de este lado del Atlántico que no vale la pena mencionar.
Respeto y quiero a los corresponsales extranjeros. Comprendo sus tribulaciones. Nada fácil debe ser para una persona decente trabajar para medios que no lo son. Queda, desde luego, la opción de renunciar. Pero no se les puede pedir tal cosa a ciudadanos de países en donde lo que más crece es el desempleo.
No importa que callen los farsantes. Con la juventud puertorriqueña va su heroico pueblo y con ellos vendrá la Patria finalmente liberada.
Hablando de Puerto Rico hay que hablar del terrorismo promovido por Washington. Antes de concluir su mandato el anterior Gobernador de la Isla envió una carta al recién electo Presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Simplemente le pedía que instruyese al FBI que dejase de obstruir el esclarecimiento de las muertes en Puerto Rico de Santiago Mari Pesquera y Carlos Muñiz Varela, dos jóvenes atacados a plena luz del día por asesinos que deambulan todavía por las calles de Miami sin ser molestados por nadie. El Licenciado Aníbal Acevedo Vilá no pidió al Presidente Obama nada extraordinario. Sólo que el FBI, la agencia que se supone esté encargada de aplicar la ley, entregase lo que posee y oculta a los tribunales para que estos puedan hacer justicia. Hasta ahora el Presidente Obama, el hombre del cambio, nada ha hecho ni ha respondido, que se sepa, al Gobernador de Puerto Rico.
Tampoco ha respondido a la solicitud venezolana para la extradición de Luis Posada Carriles ni lo somete a juicio por terrorismo como está obligado por convenios internacionales y por la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que Estados Unidos hizo aprobar con gran fanfarria en septiembre de 2001.
Gerardo Hernández Nordelo, Ramón Labañino, Antonio Guerrero, Fernando González y René González pronto cumplirán doce años de injusta prisión por haber luchado contra los terroristas anticubanos que gozan de escandalosa impunidad en Estados Unidos.
El caso de nuestros cinco compatriotas es rigurosamente silenciado por los medios informativos al servicio del Imperio. Cuando se sienten obligados a mencionarlos mienten descaradamente. La complicidad criminal entre Washington y los seudo-periodistas ha acompañado este caso desde el primer día.
El fraudulento “juicio” que se les impuso en Miami, el más largo de la historia norteamericana, fue ignorado completamente por esos medios. Pero en esa ciudad desataron una intensa campaña calumniando a los acusados y sembrando el temor entre los jurados con amenazas y provocaciones que llevaron a la Jueza a quejarse, sin resultado, desde el comienzo hasta el final de la farsa.
Ahora se sabe que esos llamados “periodistas” eran y son, en realidad, agentes asalariados del gobierno federal. Se conocen sus nombres y los muchos miles de dólares que recibieron. La organización no gubernamental que consiguió la desclasificación de la lista de los individuos involucrados sigue reclamando al Gobierno que revele también los contratos y otros datos elementales para medir el alcance de esta grave violación de la legalidad. Hasta ahora Washington se niega a hacerlo. ¿Qué más tratan de ocultar?
El próximo 15 de junio vence el plazo para presentar el recurso de “habeas corpus” a favor de Gerardo Hernández Nordelo. Esa es la única y última posibilidad legal que le queda luego que el Tribunal Supremo, a petición de la Casa Blanca, se negó a revisar su caso, ratificándole su condena a doble cadena perpetua más 15 años.
El caso de los Cinco es ante todo una desvergonzada prevaricación. El actual gobierno está obligado a ponerle fin del único modo posible: retirando todas las falsas acusaciones formuladas contra nuestros héroes y ordenando la inmediata liberación de todos ellos, sin excepción ni condiciones. Mientras no lo haga, el Presidente Obama no debería imaginar siquiera que él nos pueda convencer de que hay algo de verdad en sus promesas de cambio. Le toca a él demostrar que sí se puede.
Agradezco a Ustedes su participación en este Seminario. Siéntanse en casa propia. Trabajemos juntos para consolidar lo alcanzado y seguir adelante hasta la victoria siempre.
-Palabras en la Inauguración del Seminario Internacional del PARLATINO. ”Logros y nuevos desafíos de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA-TCP)” La Habana, 27 de mayo de 2010
¿A quién engaña? ¡A quién se deja engañar!
Publicado el 27 Mayo 2010 en Cubadebate
Por Gustavo de la Torre
Los cañonazos de titulares contra Cuba aparecen como ráfagas en los monopolios mediáticos al servicio del capitalismo. Por un lado se ensalzan las carencias existentes en la Isla, con algunas líneas que llegan a extremos impensables y sin ápice de raciocinio; pero con vano análisis la culpabilidad recaen siempre en la aparente disfunción del sistema socialista como principal problema, según estos medios, y el gobierno de “los Castros” como los culpables de esta desgraciada desadquisición de productos necesarios para darle “oportunidades de riquezas” y “libertades” al pueblo cubano.
El bloqueo económico_ ¡Na! Esa minucia_ los Castros no desean que se quite, según las palabras de Hillary Clinton, como si el humilde gobierno norteamericano, “tan benévolo“, deseara atender las necesidades del pueblo cubano y Fidel o Raúl Castro pudieran interferir contra esa “voluntad angelical” imponiendo voluntades al ese gobierno_ ¡Vaya! “por el simple masoquismo de seguir viviendo de privaciones y de continuar pintando al gobierno norteamericano de enemigo de Cuba por tal simpleza“. Por lo tanto, es más fácil utilizar a las grandes compañías de comunicación en desinformar al mundo con “que el sistema económico socialista es incapaz de crear riquezas y priva de la adquisición de productos y/o servicios, lo cual lleva a que la población se vea atrapada en medidas con limitaciones y con imposibilidad de vivir con plenas libertades”.
Entonces, con la manipulación de la verdad se logra anular la magnitud de incidencia que tiene verdaderamente el bloqueo económico y comercial sobre la vida económica del país.
Esto puede quedar obnubilado para quienes se dejen arrastras por las noticias manipuladas de los grandes medios monopolizados a los intereses del imperialismo; para quienes evidentemente sufren las consecuencias del bloqueo, no.
El bloqueo económico y comercial impuesto contra Cuba no es de reciente implementación; sino que ya se aplica por más de 10 administraciones norteamericanas, en los 50 años de Revolución cubana. El presidente norteamericano Eisenhower fue quien optó aplicó las primeras medidas de este tipo, a principios de los años 60, como prepotente respuesta al camino de independencia y soberanía de todo un pueblo.
Pero el verdadero objetivo no era, ni es aún hoy en día, solamente derrocar al gobierno revolucionario, sino de continuar con el dominio de la Isla, como casino y traspatio de su hegemonía. Para ello, no podían aplicar la política de diezmar a cañonazos (aunque con los Estados Unidos no se descarta nada alocado), pero sí por medio del hambre y las necesidades. Es hacer factible la política de la fruta madura de Monroe: “Pero hay leyes de gravitación política (en este caso influenciada por la gravedad económica)… (Cuba) es incapaz de sostenerse por sí sola, tiene que gravitar necesariamente hacia la Unión Norteamericana”. Resumiendo, esto quiere decir que bajo la acción del férreo bloqueo y acrecentando las medidas hasta alcanzar la penuria, el pueblo cubano entero no tenga más alternativa que rendirse y oscilar bajo el dominio norteamericano, nuevamente.
Sin embargo, para los que no alcanzan a comprender esa actitud genocida y criminal del gobierno norteamericano y cuánto incide el bloqueo en la gestión y vida cotidiana del país, hacemos la siguiente pregunta: ¿Qué situación se le crearía a cualquiera, de fuera de Cuba, si un agente externo y sin consentimiento dispusiera por arbitrariedad de parte de sus fondos bancarios e ingresos, o con hegemonismo e injerencia saboteara cualquier negocio a realizar, obligando a utilizar terceras vías más costosas para la precaria economía que ya se le va creando? ¿Cuál sería la opinión y conducta que optaría esta persona, de ser usted?
Pongamos ejemplos concretos para hacer la imagen de la situación mucho más clara
Desde los primeros años de Revolución, se bloqueó la venta de equipamiento de repuesto para las industrias cubanas (mayoritariamente de tecnología norteamericana) y la cancelación de la compra de azúcar, de esta forma se detendrían las producciones y la venta del renglón fundamente quedaría estancada y sin su mercado principal.
A lo anterior se suma la agresión de Girón, que conllevó a paralizar parte del país y realizar gastos en función de la defensa.
Después se incentivó la escalada de atentados contra objetivos económicos (bombas en comercios, industrias y hoteles; la quema de cañaverales, guerra bacteriológica contra la producción porcina, cafetalera y otros cultivos, etc.; conllevando a gastos millonarios en la recuperación, sin acceso a créditos bancarios internacionales y engrosando la deuda de Cuba.
Solamente en el sector tabacalero, las pérdidas entre 1961 y 1998 ascendieron a 1 111,3 millones de dólares (en cálculos conservadores) por la reorientación del mercado y el desembolso financiero para combatir la plaga del moho azul en la cosecha de 1979-80.
Con los gobiernos de los Bush se incrementó la política anticubana y se recrudeció el bloqueo económico con la aplicación de las leyes Torricelli (en 1992, con carácter extraterritorial) y la Helms-Burton (1996).
Los perjuicios a la banca y las finanzas cubanas se han visto afectadas por el corte radical de las fuentes de financiamientos dentro y fuera de los Estados Unidos. Desde la década de los 60 hasta 1998, los daños ascendieron a un monto de 7 720 400,00 de dólares por concepto de fondos congelados, movimiento cambiario del dólar en el Comercio Exterior y afectaciones vinculadas a precios, tasas de interés, entre otras. Ya para el 2005 había ascendido a 268 300 000,00 de dólares, incrementándose en 260 579 600.00 dólares sobre la cifra anterior, en sólo 7 años.
Para citar, uno de los fondos congelados se encuentra en el Chase Manhattan Bank, el cual asciende a 127 millones de dólares procedentes de litigios resueltos a favor de entidades cubanas; pero mientras a Cuba se le prohíbe el uso de ese dinero (sin la previa autorización de quien lo dictaminó arbitrariamente), 1,2 millones de dólares fueron ilegalmente extraídos para indemnizar a familiares de cuatro pilotos de la organización terrorista “Hermanos al Rescate”, que fallecieron por el derribo de sus avionetas, después de haber violado reiteradamente el espacio aéreo cubano en clara provocación y a sabiendas con anterioridad del gobierno norteamericano que no se permitiría más este tipo de acciones si no se tomaban medidas adecuadas desde ese territorio. Por tanto, esas muertes son culpa del propio gobierno yanqui.
Además, las pérdidas en la economía cubana se acrecientan por la prohibición de emplear directamente el dólar en las transacciones comerciales, lo cual obliga a realizar estas operaciones en la moneda de terceros.
Desde la administración de J. F. Kennedy, la CIA desplegó una batalla campal secreta contra la economía cubana y, posteriori, con la aprobación de la Ley Helms-Burton (dirigida principalmente a los inversionistas extranjeros) se vieron afectadas importantes oportunidades para Cuba; ya que en dicha legislación figura impedir el acceso a financiamientos para la creación de empresas mixtas, provocar incumplimientos en los planes de exportación de productos cubanos y provocar la retirada de empresas extranjeras por la adquisición de las mismas por cadenas norteamericanas. Sea el ejemplo más reciente el de la compañía de cruceros Pullmantur (que pertenecía a España) y que fue adquirida por la Royal Caribbean bajo la única condición de que se prescindiera de los contratos con la Isla, afectando así la entrada de divisa por servicios turísticos.
Para asegurar el desestímulo de negocios en Cuba o de servicios a la misma, entidades financieras extranjeras ha recibido amenazas desde Estados Unidos de recibir sanciones severas si intentan llevar a cabo inversiones con la Isla. Ejemplo de ello fue (en el 2005) el cese de los servicios en cuenta corriente en dólares y francos suizos por parte de la Union Bank Switzerland (UBS) y el rechazo a toda operación posterior, por el temor a nuevas sanciones norteamericanas.
Teniendo en cuenta que Cuba debe buscar mercado para la adquisición de alimentos básicos (leche en polvo, pollo, trigo, soya y otros) gasta 57 millones de dólares por encima de lo necesario por concepto de transportación marítima desde lugares distantes, cuando por naturaleza geográfica y cercanía, podría adquirirlos en Estados Unidos.
Cuba ha sufrido la negativa, desde diversos lugares del mundo, de adquirir equipamiento y tecnología de punta para los sectores sanitario, alimenticio, científico, educacional e industrial, porque los mismos poseen igual o mayor al 10% de sus componentes producidos en Estados Unidos.
Dos meros ejemplos en el sector sanitario son los programas denominados de Tecnología de Avanzada tales como trasplantes, cirugía cardiovascular, nefrología y genética, continúan afectados por inestabilidad de los suministros. Muchos de sus componentes son de producción norteamericana, y en varias ocasiones las autoridades de ese país no otorgan el permiso para adquirirlos, o simplemente prolongan indefinidamente los trámites necesarios. También se ha afectado el programa para la atención a los niños que necesitan trasplante hepático, por la ausencia de respuesta de los Laboratorios Abbot, a la solicitud de adquisición del equipo dosificador del inmunosupresor Tracolimus (FK506), producido únicamente por ese laboratorio norteamericano y que es imprescindible para vigilar los niveles sanguíneos, cuyas variaciones pueden traer complicaciones por infecciones y tumores secundarios.
De similares formas se comporta en el resto
Pero el gobierno norteamericano no deja espacio, ni a la solidaridad humana, interceptando hasta la ayuda humanitaria que le llega a Cuba. Como ejemplo, en el 2005, funcionarios del Departamento de Aduana y Protección de Fronteras, confiscaron 43 cajas con equipamientos de computación que estaban destinados como donativo a los niños de cuba por parte de Pastores por la Paz. Igualmente, en el mismo años, fue denegada la licencia solicitada por la ONG norteamericana USA/CubaInfomed al Departamento de Comercio de EE. UU para donar 126 ordenadores para actividades docentes.
En el Informe de Cuba al Secretario General sobre la Resolución 59/11 de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los estados unidos de América contra Cuba, se puede leer los siguientes párrafos:
“Durante los dos mandatos de la administración del presidente George W. Bush, escaló la hostilidad anticubana a niveles sin precedentes. El Informe elaborado por la llamada Comisión para la Asistencia a una Cuba Libre en mayo de 2004 y la adición de julio de 2006 - que incluye un capítulo secreto de acciones agresivas -, ponen al descubierto las pretensiones de las autoridades en Washington: imponer un “cambio de régimen” en contra de la voluntad del pueblo cubano, sin excluir el uso de la fuerza militar con ese fin”.
Entre los más conocidos y repudiados componentes del bloqueo aparecen las llamadas leyes Torricelli de 1992 y Helms-Burton de 1996. Sus disposiciones son contrarias a la Carta de las Naciones Unidas y violatorias del Derecho Internacional. Desde su imposición -hace prácticamente 50 años - hasta mayo del 2008, el daño económico directo causado al pueblo cubano por la aplicación del bloqueo económico, comercial y financiero de los EE.UU. contra Cuba, superaba los 93 mil millones de dólares. Teniendo en cuenta el efecto de la devaluación del dólar y las fluctuaciones de su valor a lo largo del tiempo, a los precios actuales del dólar, esas afectaciones equivalen a 224 600 millones de dólares”.
La política de hostilidad, bloqueo y agresiones de sucesivos Gobiernos estadounidenses. El bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos contra Cuba califica como un acto de genocidio, en virtud del inciso (c) del artículo II de la Convención de Ginebra para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, de 1948 y, como un acto de guerra económica según la Conferencia Naval de Londres de 1909. Durante casi cinco décadas, esta guerra económica ha sido una constante en la política de Estados Unidos contra Cuba. Su objetivo, definido desde abril de 1960, ha sido “causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno cubano”.
En todo este juego genocida, la vieja Europa se pliega a los deseos del imperialismo y también participa con la aplicación de medidas como el Acuerdo 96/697/PESC, denominado “Posición Común de la Unión Europea sobre Cuba”, adoptado por el Consejo de la Unión Europea, el 2 de diciembre de 1996, en Bruselas.
Conclusiones
Si realmente usted ha interiorizado cuánto le afectaría de ser usted el que estuviera en lugar de Cuba, se daría cuenta de la crueldad que despliega el gobierno norteamericano y de la heroicidad del pueblo cubano de resistir y alcanzar avances reconocidos por organizaciones internacionales en el bienestar de la sociedad cubana; de igual manera, de la solidaridad desplegada por los cubanos por el bienestar de los pueblos del mundo.
Sin embargo, muy a pesar de todas las pérdidas generadas por el bloqueo y la constante política de agresión aplicada por los gobiernos de Estados Unidos contra Cuba, organizaciones y entidades internacionales hacen justo reconocimiento de los avances alcanzados por la Isla caribeña y su sistema socialista.
En el mes de abril del presente año, la revista Science, en un artículo de su sección “Policy Forum”, elogió los avances de Cuba, destacando que “en el campo de salud es superior al de los países latinoamericanos y sólo comparable al de las naciones industrializadas”, también mencionó que poseía la mayor densidad de médicos per cápita (59 facultativo por 10 000 personas), cubriendo toda la población, y la menos mortalidad infantil (5,0 por cada mil nacidos vivos) y el gasto promedio en salud es de 355,00 dólares per cápita (7,1 % del PIB), por aplicar uno de los mejores sistemas de salud preventivas; mientras que los propios EE. UU se gasta 6 714,00 dólares (el 15,3% del PIB) y cuenta con más de 30 mil ciudadanos sin cobertura sanitaria.
En dicho artículo, Paul Drain y Michele Barry, profesores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Standford (California) sugieren que ahora que se intenta mejorar el sistema de salud de Estados Unidos se debería buscar apoyo en las valiosas lecciones cubanas acerca del verdadero desarrollo del sistema sanitario.
Igualmente, Marcio Porto, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), resaltó el programa de desarrollo porcino que implementa Cuba para garantizar la soberanía alimentaria en los venideros años. Durante el Seminario Internacional sobre Porcicultura Tropical, que sesiona en esta capital, Porto dijo que la estrategia está basada en la aplicación de la ciencia y la técnica y en el desarrollo de las fuerzas productivas existentes en el sector campesino y cooperativo.
Con tantos avances alcanzados por el sistema socialista cubano, con la dirección de los Rebeldes y contando hoy con la participación de nuevas generaciones, y todo el pueblo junto a ellos, queda preguntarse:
¿Se pudiera cree ahora que el sistema económico socialista cubano es incapaz e ineficiente?
¿Si se vocifera tanto de la incapacidad del sistema socialista cubano, por qué los gobiernos de los Estados Unidos no cesan de una vez con su política hostil contra Cuba?
Esto sólo muestra que ellos, el capitalismo salvaje con el líder imperialista de Norteamérica, sí tienen miedo de que Cuba siga demostrando su alta capacidad y aún más sin la acción del bloqueo.
Entonces, ¿a quién engaña toda la maquinaria desinformativa de los monopolios mediáticos?_ ¡A quién se deje engañar!
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