lunes, 11 de octubre de 2010

¿Cuál es el misterio detrás de la estrategia de Twitter para Cuba?



- Rosa Miriam Elizalde
Difícil de saber, pero podríamos reconstruir los hechos y llegar, quizás, a una hipótesis. Después de varios días de bloqueo de los mensajes enviados desde Cuba vía celular a la red social Twitter, esta empresa finalmente anunció que era ella la que había deshabilitado el servicio.
En el ínterin, comenzó a fraguarse una campaña contra Cuba, acusándola de aplicar la censura contra las voces “independientes” que utilizan Twitter. Para variar, responsabilizaron a la víctima del crimen. Desbaratada la campaña en menos de 24 horas, tras la declaración de la Isla de que no tenía nada que ver con el asunto, Twitter volvió a pronunciarse lacónicamente: “nuestro equipo ha reactivado el servicio”.
Lo extraño es que el pretexto que había dado lugar al corte del servicio, por arte de magia dejó de serlo. Les explico. Twitter anunció el 6 de octubre, casi una semana después de haber bloqueado los envíos de mensajes vía móvil desde Cuba, que “ha deshabilitado códigos ‘largos’ hasta saber más del uso de estos números. Estamos trabajando con más proveedores para formalizar acuerdos de Twitter y SMS”.
Desde Cuba los mensajes de texto llegan a Twitter si se envían desde un celular a números telefónicos con una larga serie de dígitos, mientras que los números cortos son los otorgados por aquellas empresas de telecomunicaciones que tienen un acuerdo con Twitter para envíos de mensajes gratuitos vía móvil. Debido al bloqueo impuesto por Estados Unidos a nuestro país, la red social no tiene este tipo de acuerdo con la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba, ETECSA.
Por tanto, para enviar un mensaje de texto a través de celular a la red social desde la Isla, se necesitan las siguientes condiciones:
-Un teléfono con roaming internacional* -habilitado en otro país, cuya compañía telefónica tenga acuerdo con Cuba y por tanto, el servicio esté activo en la Isla.
-Un número largo (o internacional) de la empresa norteamericana Twitter. Cada envío le cuesta al remitente desde Cuba 1.00 cuc (1.20 dólares) y por decisión de la red social, el usuario en Cuba no puede recibir mensajes de retorno por esta vía.
Las protestas por el cierre de este servicio no vinieron de los turistas extranjeros en Cuba que portan teléfonos con roaming, sino de grupos que cabildean en Estados Unidos para utilizar la Internet como espacio de subversión en la Isla, y por algunos de los beneficiarios de las políticas de financiamiento a la “disidencia” cubana, que pueden costear los teléfonos con roaming y la mensajería instantánea a Twitter -una llamada local desde estos teléfonos puede costar hasta 3 dólares el minuto.
Llama la atención que la razón que esgrime Twitter -”saber más del uso de este número largo” para Cuba-, dejó de ser un problema pocos días después. “Nuestro equipo ha reactivado un nuevo código largo”, dijo el 8 de octubre en la noche, sin más explicación, y automáticamente reactivaron el servicio.
Habría que tener en cuenta otro antecedente. Entre las medidas del Presidente Barack Obama del 13 de abril de 2009, presentada como un relajamiento del bloqueo y en la práctica puro humo, el Departamento del Tesoro permite servicios de chat, blogs, redes sociales y otros que no supongan un beneficio económico para Cuba. EEUU no está interesado en flexibilizar su política ni desarrollar una comunicación normal con la Isla, sino en extender un servicio de Internet a la carta, exclusivo para los que respondan a sus intereses.
Y no lo dice el gobierno de Cuba, sino la ley norteamericana. Vea, por ejemplo, lo que, interpretando la decisión de Obama, estableció en marzo de 2010 la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés), del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos:
OFAC enmienda los reglamentos del Control de los Bienes Cubanos (CACR), 31 CFR par 515, para añadir una similar licencia general que autoriza las exportaciones a personas en Cuba de ciertos servicios relacionados con las comunicaciones personales a través de Internet.
El 13 de abril de 2009, el Presidente dijo que la promoción de la democracia y los derechos humanos en Cuba es parte de los intereses nacionales de los Estados Unidos y es un componente de la política exterior de los EEUU en las Américas (sic).
OFAC está añadiendo un nuevo § 515.578 al CACR (excepción a los reglamentos del bloqueo) para autorizar la exportación desde los EEUU o por personas sujetas a la jurisdicción estadounidense a Cuba de ciertos servicios relacionados con el intercambio de comunicaciones personales por Internet, como por ejemplo mensajes instantáneos, chat y correo electrónico, redes sociales, el intercambio de fotos y películas, lecturas en la web y blog. Para calificar para esta autorización, los servicios tienen que estar disponibles sin costo al usuario.
No hay ambigüedades en esta política, como no la hay en el costo de los que utilizan el roaming desde Cuba, sea para lo que sea, incluyendo Twitter, una empresa norteamericana que en este caso sirve como pasarela para un servicio telefónico que el usuario tiene que pagar. De modo que numerosas preguntas quedan flotando:
¿A qué acuerdo se refería Twitter en su mensaje del 6 de octubre?¿Lograron ese acuerdo? ¿Con quién? ¿Decidieron rehabilitar el servicio por su cuenta? ¿O fue el gobierno de EEUU quien dio las garantías para que lo hicieran sin que les cayera encima una multa astronómica de la OFAC? ¿Habrá recibido Twitter una llamada “importante”, como ocurrió en el verano del año pasado cuando el Departamento de Estado le exigió que no hiciera reparaciones en sus servidores para no interferir la guerra de mensajes contra Irán, activada desde esta red social?
Sin dudas las respuestas despejarían el misterio, pero en los hechos gravita el mismo presentimiento del Príncipe Hamlet: “Algo está podrido en el estado de Twitter”.
- *En telefonía móvil, la itinerancia (el roaming) es la capacidad de enviar y recibir llamadas en redes móviles fuera del área de servicio local de su compañía, es decir, dentro de la zona de servicio de otra empresa del mismo país, o bien durante una estancia en otro país diferente, con la red de una empresa extranjera.

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