lunes, 4 de octubre de 2010

Obama no mejoró el acceso a las telecomunicaciones en Cuba

Obama no mejoró el acceso a las telecomunicaciones en Cuba, afirma viceministro

Cuba contempla las promesas de Barack Obama de permitir a la isla un mejor acceso a las redes de telecomunicaciones como “un cambio de discurso” al que no le han seguido medidas concretas, sino que, en realidad, “el bloqueo se ha recrudecido en el último año” también en dicho sector.
“Puede parecer a partir de las nuevas políticas o de las aparentes nuevas políticas del presidente Obama con Cuba que no es así, pero lo que ha habido es un cambio fundamentalmente de discurso, no de acción”, afirmó el viceministro cubano de la Informática y las Comunicaciones Jorge Luis Perdomo, en entrevista con la agencia dpa en La Habana.
“Una cosa es el lenguaje del gobierno, lo que Obama dice y lo que la Administración está diciendo hacia afuera, y otra cosa es todo el andamiaje jurídico que ellos tienen implementado y cómo lo están trabajando. Y en nuestro sector están trabajando muy fuerte”.
En abril de 2009, el presidente de Estados Unidos anunció que se concederían licencias a empresas de telecomunicaciones para trabajar con Cuba y, medio año después, una compañía de Miami dijo haber recibido permiso del gobierno de Washington para tender un cable submarino de fibra óptica entre el sur de la Florida y La Habana.
Una instalación así podría aliviar los problemas de acceso de Cuba a la red telefónica internacional y a Internet, pues debido al bloqueo económico, financiero y comercial vigente desde hace medio siglo no puede conectarse a los cables submarinos que pasan a pocas millas de sus costas y depende de las conexiones satelitales, bastante más costosas, para comunicarse con el resto del mundo.
Perdomo, de 39 años y encargado del área de Investigación y Desarrollo, dijo no conocer dicho proyecto de cable, pero estimó que para poder ejecutar obras así “hay que mover todo un andamiaje jurídico, administrativo, económico, y de eso no se ha movido una sola pieza”, sino que “las leyes del bloqueo siguen intactas”.
“No dudo que pueda haber interés por parte de empresas norteamericanas y que, una vez hecho ese anuncio, que es de verbo, pero no de acción, puedan haber solicitado algunas licencias a la autoridad competente, pero no basta eso. Hay que establecer todos los mecanismos, y tienen que conversar con nosotros”.
El ingeniero de Telecomunicaciones doctorado en Alemania hizo referencia a que hay una comunidad cubana muy grande en Estados Unidos y que, por ello, “existe mucha necesidad de comunicación entre los dos países”, pero dijo no ver “voluntad” por parte de Washington para avanzar al respecto.
Perdomo recordó que los gobiernos de Cuba y Estados Unidos han mantenido conversaciones sobre la reanudación de los envíos postales directos entre ambos países. “Un tema fue el correo, otro la paquetería, pero este tema no lo trajeron. ¿Cómo es posible que el gobierno diga una cosa, que una empresa diga que tiene una licencia, y el gobierno no hable de este tema?”.
“Cuba tiene la mejor disposición de que se avance todo lo que se pueda avanzar en este camino, pero sobre la base de respeto a la soberanía, a la independencia, a la igualdad de condiciones en el diálogo. Mientras las leyes del bloqueo existan y exista la política de hostilidad del gobierno de Estados Unidos contra Cuba, es muy difícil poder empezar a abrir caminos en este sentido“, indicó.
En el informe anual presentado en la Asamblea General de la ONU por el canciller cubano, Bruno Rodríguez, se estiman los daños sufridos por la isla en 2009 a causa del embargo en 61,2 millones de dólares tan sólo en el sector de las telecomunicaciones. De ellos, 52,8 millones recaen en la telefónica cubana ETECSA.
Según Jorge Luis Perdomo, entre las principales afectaciones a causa del embargo se encuentra la falta de acceso a equipamientos, tecnologías, software y sus actualizaciones, el encarecimiento de las adquisiciones en hasta un 30 por ciento por realizarlas a través de intermediarios, el encarecimiento de los fletes y las peores condiciones de financiación bancaria.
El viceministro explicó que incluso socios de la isla se topan con que parte de su tecnología está protegida por patentes estadounidenses. Aun así, dijo que Cuba dispone de cada vez más aliados dispuestos a “no someterse a los dictámenes del bloqueo” y a trabajar con el país en proyectos de integración tecnológica, que permitan también a expertos de la isla colaborar en su desarrollo.
Perdomo enumeró entre dichos socios a empresas europeas como Alcatel o Ericsson, en el pasado Canadá, y mencionó la creciente cooperación con China, países latinoamericanos donde empieza a haber un desarrollo propio como Chile o Brasil, además de Venezuela, dentro de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), área de integración regional impulsada por gobiernos de izquierdas.
En dicha cooperación sobresale el plan de tender un cable de fibra óptica desde Venezuela, que permitirá a Cuba acceder a un menor costo a las redes de datos y telefonía. Según Perdomo, el proyecto avanza y deberá estar operativo a mediados del próximo año.
(Con información de DPA)



La opinión pública mundial o el perro de Pavlov

Hay que tener en cuenta la opinión pública mundial.
Hay que saber qué piensa la opinión pública mundial.
Aseveraciones como esas encabezan las campañas internacionales de los grandes medios de comunicación.
En realidad, la opinión pública mundial ni piensa ni cuenta.
Está más adiestrada que el perro de Pavlov. Le presentan un estímulo predeterminado (sonido de campana) y reacciona de inmediato en el sentido esperado (comienza a salivar).
Obtener sus resultados le tomó un par de décadas al genial Iván Petrovich; al “cuarto poder” del imperio, un par de siglos, con la ventaja adicional de ascender en la escala social y tornarse segundo poder, o mejor, apéndice del primero. Y hoy día, las grandes batallas imperiales a escala mundial se resuelven con sus medios de comunicación. Mientras más grandes los dos, mejor.
Los mass media han logrado crear tal reflejo en esa masa poblacional amorfa que no piensa: reacciona. Entonces, firma proclamas sobre campañas que no entiende ni le importan; compra comida chatarra que le acaba con la salud; consume más y más sin pensar en deudas que esclavizan; apoya guerras que no sabe dónde ni por qué ocurren, pero luego sigue por televisión.
La extrapolación de conocimientos sobre el reflejo condiccionado de la fisiología canina a las ciencias sociales representa un salto cultural indudable, por el cambio de especie mamífera y de esfera del comportamiento.
La receta para generar la reacción es fácil, la misma en ambos casos, sea perro o manada humana: cambiar la realidad por un estímulo. Pero la adaptación lleva su tiempo de entrenamiento.
Cuando a la opinión pública mundial se le repita “terrorismo” debe pensar que van a agredirla; cuando oigan narcotráfico deben creer que quieren envenenar a sus hijos y robarle su bienestar; cuando se insista en violación de derechos humanos deben quedar convencidos de que es necesario impedirlo a toda costa, sea donde sea. Como puede verse, ya están preparados para invadir otro país y salvar a sus ciudadanos, los propios.
El mecanismo parece consistir en identificar un binomio: por un lado, un asunto serio, en este caso, la necesidad de controlar el petróleo de un remoto y oscuro rincón del planeta; por otro, tomar un instinto básico, dígase el miedo. Basta con enlazarlos mediante una culpa y quedar como testigos imparciales de la solución. Si no me creen, piensen en la campaña para la guerra de Afganistán: esos terroristas siempre nos han envidiado, pretenden negar nuestra superioridad y liderazgo en el mundo, aspiran a liquidar nuestra libertad y debemos impedirlo mediante un ataque preventivo.
Y mientras todos podíamos entender para qué los yankis querían el petróleo y las rutas del gas y el opio de Afganistán, a la opinión pública mundial no se le ocurrió custionarse en qué podrían utilizar los feudales afgfanos la libertad de los gringos.
Y en estos días, mientras captaban la atención pública mundial con juegos de birlibirloque en las dos Coreas y la potencial quema fascista de ejemplares del Corán en Miami (¿dónde si no?), bajo cuerda rellenaban con gps una botas guerrilleras destinadas a Colombia.
A su vez, las grandes cadenas televisivas, preocupadas por informar debidamente a la opinión pública mundial, arrimaban la brasa a su sardina, anticipaban con lujo de detalles el fin de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, y nos dejaban ver el abrazo festivo entre Obama y Santos, los presidentes involucrados. No es de esperar que ya comunicaran quién trucó las botas y aportó los cohetes inteligentes que las detectaron.
En paralelo, los mismos que entretenían a la opinión pública mundial con su prestidigitación en el Lejano y Medio Oriente, azuzaban a un grupo de polícías al magnicidio y a un novedoso putsch salarial en Ecuador. No contaron con la dignidad y valentía de un presidente, ni con su pueblo decidido a apoyarlo.
-Daniel Chavarría

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