El crimen de Barbados, Los Cinco y Barack Obama
Posada Carriles, con paños tibios —incluso, a contrapelo de recientes declaraciones del delincuente político apresado en Venezuela y trasladado a Cuba de apellidos Chávez Abarca.
-Noel Manzanares Blanco
Cese la Barbarie! En el Aniversario XXXIV del crimen de Barbados, me viene a la memoria la doblez en la moralidad de las Administraciones de Estados Unidos (EE. UU.) en lo concerniente al Terrorismo, particularmente con Los Cinco antiterroristas cubanos secuestrados en cárceles yanquis desde doce años atrás.
Precisamente lo concerniente con los autores intelectuales de la voladura en pleno vuelo del avión de Cubana en el caribeño territorio barbadense el 6 de octubre de 1976, es prueba fehaciente del asunto que presento a consideración. Si no, cómo explicar que Orlando Boch ande suelto y ofrezca conferencias para vanagloriarse de sus “hazañas” contra Cuba en medio siglo, mientras que el caso de su compinche Posada Carriles todavía sigua con paños tibios — incluso, a contrapelo de recientes declaraciones del delincuente político apresado en Venezuela y trasladado a Cuba de apellidos Chávez Abarca.
Además, es un secreto a voces que la Fiscalía y el sistema judicial estadounidenses se hacen de la vista gorda frente a los actos de la terrorista-mafia-gusano-yanqui de Miami, a pesar que el ex miembro de esa pandilla política, José Antonio Llama, hace unos cuatro años, denunció los planes atroces concebidos por el Grupo Paramilitar de la Fundación Nacional Cubano-Americana que amamanta a los Boch, Posada y comparsa.
También, debemos mantener en la memoria que el legislador estadounidense de origen batistiano nombrado Lincoln Díaz-Balart, no sólo confesó ante la TV floridana su más resuelto apoyo a los “luchadores antiCastristas” —léase, terroristas de pura cepa como los susodichos— sino que ahora procura la refundación de la “Rosa Blanca”, una organización gestora de actos vandálicos contra la Mayor de las Antillas, al margen del Acta de neutralidad de factura norteamericana —como si ello no constituyera una violación de la ley.
He aquí razones que evidencian el porqué Antonio, Fernando, Gerardo, Ramón y René, Héroes de la Republica de Cuba, tuvieron que marchar a cumplir el sagrado deber de contribuir a la defensa de la Patria revolucionaria y socialista desde las mismas entrañas de la referida terrorista-mafia nutrida ayer y hoy por el “Norte revuelto y brutal”, en aras de evitar la muerte de personas inocentes en Cuba, EE. UU. y otras latitudes.
Igualmente, he aquí razones que evidencian el porqué al Presidente Barack Obama moralmente no le queda otra opción que dejar inmediatamente en libertad a Los Cinco —en vez de groseramente estar incluyendo a Cuba en la lista de países vinculados al flagelo de marras—, so pena de permanecer ante la opinión pública como cómplice de facto de las barbaries del terrorismo internacional.
ESPERPENTOS INSTRUCTIVOS
- Luis Ortega | Miami !
Yo, Sinceramente, siempre he creído que en Cuba lo que está en crisis es la imaginación. Hay muchas cosas que la gente del gobierno cubano no entienden. Por ejemplo, yo creo que la prensa de Cuba debiera reproducir muchos de los artículos que se publican en los periódicos de Miami, que son los más pintorescos del mundo. La lectura del Diario de las Américas podría ser muy instructiva para los cubanos. Si uno quiere entender cómo es que funciona el ghetto de Miami tiene que leer el Diario de las Américas. Tiene que leer sus artículos, su crónica social, sus editoriales. Y si quiere profundizar más debe tratar de oír las conversaciones que tiene, frecuentemente, el director del Diario, Horacio Aguirre, con Agustín Tamargo en la radio. Son realmente antológicas. Es la mejor manera de demostrar que Miami, desde hace años, es uno de los lugares más extraños del mundo. Es decir, cómo una ciudad, que en un tiempo fue limpia y civilizada, ha quedado cubierta por una costra de siglos y los cubanos siguen viviendo en la era terciaria. Por lo menos, algunos cubanos, porque hay una masa enorme que no se mete en nada ni tiene nada que ver con las burradas de la minoría de los cipayos. Ayer, miércoles, se escenificó en Radio Mambí un diálogo maravilloso entre el Comandante Hubert Matos y el heroico locutor Pérez Roura. Es como para coger balcones. Estos diálogos, que son frecuentes, deberían llegar al pueblo de Cuba porque revelan, mejor que nada, la suerte que tienen los cubanos que no viven en Miami. Entre Hubert Matos y Pérez Roura suman unos ciento sesenta años de edad. Son dos desertores, con un pasado horroroso. Los dos son riquísimos, lo cual revela que saben lo que hacen. Pues bien, los dos patriotas se pasaron dos horas analizando cómo van a reconstruir a Cuba, tan pronto como, en cuestión de meses, se caiga el gobierno. Hubert Matos anunció que iba a fusilar a Raúl Castro. A Fidel le va a dar un tiro en la cabeza. El viejo Hubert Matos tiene proyectada la nueva república que va a inaugurar dentro de unos meses. Minuciosamente, desarrolló su plan maravilloso de todo lo que va a hacer, una asamblea constituyente, una junta cívico-militar, una depuración rigurosa. Probablemente, hasta es posible, aunque no lo dijo, que vuelva a fusilar a un hombre en una silla de ruedas, tal como hizo en Camaguey, hace años. Yo sostengo, con toda responsabilidad, que si estas cosas se le trasmitieran a los cubanos en la isla, diariamente, se iba a robustecer mucho la fe de los cubanos en su destino. Es evidente que el Miami cubano, el de los patriotas, se ha convertido en algo patético. Porque ahora estos tipos no solamente son brutos sino que, además, han envejecido tremendamente y todos los días hacen el ridículo en los periódicos y en la radio. Ya no queda nada serio en Miami. Todo es puro rastrojo humano. Los cubanos inteligentes, que siempre los hay, se han escondido y casi que no salen a la calle. Es lástima que el pueblo de Cuba, que vive actualmente una tragedia real, en la lucha contra el vecino poderoso, no sepa que a unas cuantas millas al norte se ha creado un mundo surrealista donde unos tipos esperpénticos están planificando, día y noche, una pesadilla imposible.
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